Corporación BioCahuana

Comprometidos con la Educación Ambiental y Cultural

viernes, 23 de agosto de 2013

Crónica de la caminada al salto del limonar de la vereda el Zarzal del municipio de Copacabana

Los amaneceres matutinos no permiten ver el claro color del cielo cuando el sol apenas inicia su recorrido por el horizonte, despertar y en los pasos escribir la memoria del territorio, que no bastan sólo los ojos para comprender que hemos visto y vivido la transformación de los lugares, los seres humanos ocupamos el espacio y con ellos llegan sus ideas y estructuras que se ven en las intervenciones físicas que producen en la expresión eco sistémica, caminamos por la vida, por la educación por el medo ambiente por conocer y reconocer el territorio, porque tenemos pies y porque nos gusta caminar y hoy en especial debo reconocer que a veces pequeños y sencillos detalles del acontecer cotidiano se convierten en el resultado novedoso de la perseverancia de los que sueñan.

He recorrido las montañas al sur del valle del Aburra pero al norte todavía es para mi una polaridad misteriosa donde se asientan algunas de las raíces de mis orígenes y a la que he llegado por contar con la suerte de familiarizarme con personas que se pueden considerar amigos, la partida temprano hacia la vereda el Zarzal aún llena de expectativas se superaron un poco de la curiosidad de dar con alguno de esos hermosos y diversos rincones que nuestra topografía ha modelado con el paso del  tiempo y del agua y que abre las puertas a diversas reflexiones.


Retornó a una recurrente pregunta, ¿cómo se fortalece una cultura ambiental? en tiempos donde la sociedad a veces parece caer en una crisis existencial, y digo crisis existencial por la necesidad de pensarnos como agentes que trasforman el entorno, pero el día de hoy tengo luces para comenzar a construir algunos argumentos. La práctica de la responsabilidad social ambiental es un buen comienzo dentro de la reflexión, porque un sujeto que se siente responsable del medio no sólo porque sea una labor altruista sino como parte de su ejercicio vital en el habitar puede consolidar unas visiones más amplias de las consideraciones sociales.

Al recorrer los caminos veredales de las cercanías del valle de aburra no se deja de sentir una infantil nostalgia de un momento vital que recrea algunos recuerdos de jóvenes travesías, ¡como cambia el campo! desde los trasportes hasta las personas, como se modifican las visiones y como se amplía la noción vital del territorio, en un ejercicio de que aquello que parece pasar de largo. La educación ambiental es una práctica permanente, pero esta reflexión de cultura ambiental no solo debe ser una proyección institucional del estado, debe responder a la necesidad que tiene cada ser humano de interacción con sus semejantes y con su medio.


La estructura de la sociedad actual no se puede ver como una sociedad espontanea, tiene sus antecedentes marcados en cada historia, en cada persona, en cada lugar, en cada familia y en cada idea que ha sido  materializada por los actores vitales, estos actores se relacionan a través del lenguaje y de la compartir diversidad de imaginarios.

Levantarse en la mañana bajar los rieles de la vereda Sabaneta del municipio de Copacabana, cerca de donde el chivero abre sus puertas luego llegar hasta el parque y allí tomar el otro micro hasta ese lugar llamado el descanso, allí se hizo la introducción de la actividad de parte del presidente de la junta  del acueducto de la veredal del zarzal, mientras emprendíamos nuestros pasos trocha arriba a buscar nuestro objetivo, los caminos variaron iniciamos en unos rieles , luego pasamos a una pequeñas trochas, aunque el recorrido no era lo suficientemente largo en este corto trayecto es posible percibir a simple vista las formas de poblamiento y el  uso del territorio que en su mayoría estaba constituidos por fincas de recreo algunos cultivos del pan coger, pequeñas plantaciones de cítricos y potreros, aunque se vieron pocos semovientes.

El ascenso hasta la caída del limonar que es un cuerpo de agua que se vierte a través de una enorme roca sobre un quiebre de la montaña demarcando el límite natural de Copacabana. Cuenca que en la actualidad cuenta con pocos retiros en sus laderas en las zonas pobladas en sus sectores aledaños y que en las vertientes de su nacimiento está teniendo problemas de contaminación química y biológica, por la acción de agrotoxicos y ganadería extensiva, aunque la caída de agua es un hermoso espectáculo es necesario visibilizar como los distintos aspectos afecta las comunidades los territorios y los recursos. 

Al terminar de observar la cascada y algunas personas haberse bañado en este lugar procedimos avanzar con el resto del recorrido atravesamos nuevamente fincas, trochas y portillos hasta llegar  a la carretera y posteriormente a la escuela del Zarzal allí habría un recibimiento con un plato de sancocho que se constituiría en el almuerzo de los caminantes y momento antes de servir las organizaciones de carácter comunal y ambiental hicieron sus respectivas presentaciones.

Edison Parra Sierra, Historiador de la Universidad de Antioquia.




 
  

1 comentarios:

Buenas tardes, en Semana Santa habrà recorridos al alto? què fecha? saludos, Yesid Henao. FSocial.
 

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